Arranca febrero. Y arranca como si de una nueva oportunidad se tratase.
Hace justo un mes hacíamos lo mismo pensando en un año nuevo que nos hiciese olvidar todo lo malo del anterior. Pasamos de la fatalidad del 2020 a un perfecto 2021. Nada de pensar que, en realidad, pasábamos de diciembre a enero, o del día 31 al 1… Y mucho menos pensar que, simplemente, pasábamos de jueves a viernes. Pero oye, por lo que sea, se ve que bien, lo que es bien del todo, no nos salió la jugada…
Pero aquí vengo yo, después de cuatro meses de poca vergüenza sin escribir por aquí, para decir(me) que no pasa nada, porque el verdadero cambio, esa nueva oportunidad que todos ansiamos como locos empieza hoy, 1 de febrero.
¿Qué por qué?
Fácil. Porque en un mes que encaja en el calendario de esta manera tan perfectísima nada puede salir mal.

Cuatro semanas exactas, cuadraditas, perfectamente encajadas, sin huecos… ¡Fantasía visual! O al menos seguro que lo es para cualquier TOCado como yo.
Ríete… Pero, desde este punto de vista, ningún mes del 2020 ha encajado tan bonito y tan bien. Lo mismo el problema venía de ahí… No, no… ¡Qué leches! SEGURO que el problema ha venido de ahí. Claro, ha sido eso… Pues entonces ya lo tenemos, este mes es el que vale, este es el bueno. ¡A partir de hoy seguro que empieza todo a mejorar!
Obvia decir que todo este derroche de optimismo, tan desagradable a veces (y más siendo lunes), es producto de una mañana un tanto más nerviosa y desconcentrada de lo habitual… La culpa la tiene Piluca, que le ha dado por hacerme tita un lunes por la mañana y así no hay manera de centrarse.
Aunque bueno, en realidad no todo es una exageración, que lo de que me encanta ver el mes tan cuadradito en el calendario es verdad verdadera (una que tiene sus pequeños trastornos…).
Y, por otro lado, tampoco es exagerado aceptar el hecho de que llevamos casi un año intentando buscar esperanzas hasta en la señal más tonta que se cruza en nuestro camino. Una estrella, un trébol, una vela, San Juan, Año Nuevo, un deseo de cumpleaños… Todo vale para salir de esto que estamos viviendo y que, poquito a poco, nos está robando las ganas y el ánimo.
Una «señal», una oportunidad.
Y por eso me ha parecido un buen momento para resucitar este rinconcito mío (y del que lo quiera para sí). Sin frecuencias, sin pretensiones, sin tiempos. Porque el bloqueo mental existe… y yo lo conozco bien.
Y mi señal es que hoy me he despertado a las 7.15 de la mañana para hablar con una amiga que está, literalmente, siendo madre en este momento y nos tiene a todas nerviosas. Que es lunes. Que es día 1 de un mes que es el sueño de cualquier persona con cierto TOC. Que ha salido el sol después de no sé cuántos días… ¿Será por señales?

Por eso, para mí, hoy es el mejor día para que empiece todo otra vez. Y, por si no lo fuese, lo podrá ser mañana mismo, o el lunes que viene, porque será día 8, que es mi número favorito… Y así con todo, siempre habrá algún motivo por ahí.
Y mientras escribo esto no puedo parar de pensar…
¡Vamos Piluca, que te queremos conocer, aunque sea en foto!