Desde que tengo uso de razón, los domingos forman parte del fin de semana sólo hasta después de comer. Si me apuras, hasta que acaba la primera peliculita mala de sobremesa. Digamos que el domingo por la tarde, al menos para mí, es más bien un pre-lunes o un fin-finde.

Creo que la culpable de esto es mi madre. En realidad, no lo creo, es seguro. Ella siempre dice que los domingos por la tarde son “DO-MIN-GOS-POR-LA-TAR-DE” (así, como más intenso). Ojo, incluso estando de vacaciones.

No sé si será por costumbre, pero lo pienso y lo siento igual.

Lo que sí tengo claro es que, en el fondo, me gusta.

Me gusta tomarme esa tarde como un momento de reseteo, tanto mental, como físico. No es necesario del todo pasarlo en casa. Aunque si es en casa, mejor. Y si ya hablamos de la temporada Otoño-Invierno, ni se discute.

Mis tardes de domingo han ido cambiando a lo largo de los años aunque, como digo, la sensación es siempre parecida.

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De pequeñita recuerdo las tardes de domingo con visitas al Carranza (con Fanta de naranja y pipas desde las cabinas de la radio, ¡nada menos!), con la tarea del cole por terminar, con sonido futbolero de fondo (culpa de los hombres de la casa) y con alguna que otra visitilla de vecinos para ver el partido de turno en Canal +.

Sin olvidar el sonido futbolero (siempre de fondo), más mayorcita tomó peso esa parte de la tarea del cole que, de repente, se convertía en exámenes que estudiar y, por tanto, en estados de Messenger con avisos del tipo “*_*_*EsTuDiAnDo! TOKE si es importante *_*_*” (ilusos todos… ¡SIEMPRE era importante!).

Sin saber cómo, los domingos por la tarde se convirtieron en trayectos en coche o en tren hasta Sevilla. Me hice universitaria. Para lo malo y para lo buenísimo. Aquí también había sonido futbolero de fondo, ahora que caigo.

Y, de repente, los domingos por la tarde se han convertido en una mezcla de todo: de descanso, de trenes, de reseteo…  Y, mira tú por dónde, sigue habiendo sonido futbolero de fondo…

 Y eso hace que me sienta en casa.

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Y, para vosotros, ¿cómo son los domingos? ¡Contadme abajo!

¡Seguimos!