Voy a confesarlo. En un momento de mi vida fui muy fan de Operación Triunfo. Pero MUY FAN. Fan de póster (mi madre dirá que demasiados…), de colas interminables (y divertidísimas) en los conciertos y firmas de discos… Hasta el punto de hacerme un esguince de tobillo al ponerme a correr tras la apertura de puertas de un concierto de David Bisbal en Chipiona. Os lo he dicho: FAN, FAN.

Oye, y que no me avergüenzo. Corría el año 2001 y tenía 14 años (que una está orgullosa, pero el contexto es importante… todo hay que decirlo). Una adolescencia estupenda, feliz y, por supuesto, con su gran pavo encima. ¡Como está mandado! Ya habría tiempo de crecer y hacerse la adulta.

Ea, pues ya os he abierto mi corazón simplemente para decir que, sí, FUI FAN DE OT… pero ya pasó. 

No sé si es la edad, o que no cantan , o yo qué sé… pero no. Y no me importaría porque, en el fondo, entretiene. Y quizás por eso, anoche, lo pusimos un rato. Ni media hora, lo justo para ver una escena a la que llevo dándole vueltas todo el día…

Hasta aquí todo «normal»… Besuqueos, magreos varios, apretones en el culo… Bueno. Lo chungo vino después…

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– ¿Qué has echado más de menos de ella, Pablo?

– Su culo.

Bueno, soportable… Lo mismo era una gracia (sin mucha gracia). No sé, lo mismo yo soy muy exagerada o muy antigua, pero si después de dos meses sin verme, en la tele, en un programa de música, delante de no sé cuántos millones de personas, mi novio me dice eso… UFFF. ¡Pero es que el tío no se quedó ahí!

– ¿Qué es lo primero que vais a hacer al salir de aquí? 

– ¿Quieres que te lo diga? Follar. ¡FOLLAAAR! 

Y ahí es cuando me tuve que tapar con la manta para morir de asco vergüenza ajena (hay testigo).

«La Revolución Feminista de OT»

Este titular (y similares) han salido durante el tiempo que lleva el programa emitiéndose, por varios motivos. De hecho, esta chica es poco menos que una de las abanderadas.

  • Quisieron cambiar la palabra «mariconez» por «gilipollez», para que no resultase homófobo.
  • Se esfuerzan por tener un lenguaje inclusivo (hasta el punto de hacerse unos líos tremendos).

Y todo esto está genial. Es estupendo que las nuevas generaciones traigan el concepto de igualdad interiorizado de serie.

[¡Ojo!: No voy a entrar en el concepto de qué es el feminismo, que si es igualitario o no, etc, cada uno sabrá, al fin y al cabo yo sólo soy una ex-fan loca de OT… ]

Pero, en realidad, esto no es lo importante…

«Hechos son amores…»

«… y no buenas razones». Anoche, nada más ver la escenita, tiré de Twitter, a ver qué opinaba el personal… Buscar: «OTGala10», «novio de María». Obviamente, opiniones para todos los gustos, pero necesitaba saber que yo no era la única que sentía vergüenza ajena. Y, para mi suerte, no lo era.

Será que últimamente este tema de la igualdad lo tengo a flor de piel y que me viene a la cabeza varias veces al día, por unas cosas o por otras:

  • Empiezan a florecer los primeros embarazos de amigas, con su correspondiente tetris personal y, sobre todo, laboral.
  • Chicas del gimnasio con camisetas de carreras contra la violencia de género.
  • Yo, sorprendiéndome a mi misma comprándome una camiseta con el lema «girls do it better».

Entre otros, que no vienen al caso.

Sé que son tonterías, pero el caso es que veo muchos símbolos de igualdad que me rodean, pero pocos hechos.

Volviendo al ejemplo de OT (que no deja de ser un ejemplo…). Esa chica, María, abanderada del feminismo o de la igualdad (no deja de ser lo mismo), comparte su vida con un chico que, al menos durante los tres minutos de televisión de anoche, la trató como un auténtico objeto. Y esto es indiscutible. Yo no digo que el chico en su casa sea un amor y que en la tele quisiera hacerse el gallito, pero la imagen que dio es la que se ve.

Entonces, ¿estamos luchando de verdad por la igualdad? ¿Sólo usamos símbolos? O, lo que es lo mismo, ¿postureamos

De todos modos, seguro que tenéis razón: menos es nada. Los que de verdad tienen que hacer algo importante son otros, nosotros sólo podemos empujar. Lo cual me recuerda que este fin de semana toca votar (ya ves tú…).

Hoy #MiPersonaFavorita me va a perdonar por no haberla nombrado en todo el post (se siente, la última vez que fui a verte te pegaste todo el rato dormida, ¡hala, castigá!) aunque, os digo una cosa, si tod@s tuviésemos los valores que tiene ella, la igualdad sí que sería algo real.

¡SEGUIMOS!