Hoy, sin duda, es un día marcado en el calendario.
Hoy hace exactamente 89 y 20 años que nacieron dos de las personas más especiales que conozco.
Hoy es el cumpleaños feliz de mi abuela y mi prima pequeña. Aíta y Beíta. Y aunque les llame con nombres en diminutivo y aunque, de hecho, ellas mismas sean de por sí menuditas, son grandes y llenan como pocas.
A Mi Persona Favorita nunca le han gustado los protagonismos, de hecho, pocas veces recuerdo que haya querido tener una tarta con velas. Para ella las celebraciones están de más… si son para ella, claro, para los demás, que no falten.
Pero el destino es así de caprichoso. Seguramente ella llegaría a pensar que su cumpleaños podría pasar inadvertido, sobre todo cuando empezaba a costar meter todas las velas en la tarta, pero ¡qué mala suerte! Su nieta más pequeñita fue a nacer el mismo día que ella.
Y el protagonismo, lejos de dividirse, se multiplicó.
Y las dos tenían que soplar velas.
Y sé de buena tinta que, un año más, así ha sido (o que, al menos, ha habido intento de soplar… ¡jaja!)
Escribo esto y no puedo evitar tener un nudito en la garganta. Porque son increíbles. Son el cariño y la diversión en persona. Guapas como ellas solas. Especiales y únicas las dos. Y buenas, buenísimas.
¡Que cumpláis muchos más juntas!
Ana
Muchísimas felicidades a las dos!!! Y sé cómo te debes sentir sin estar al lado de ellas…