Era obvio, esta reaparición estelar y repentina, no podía tener otro título en este momento…
Pero, ¿qué es lo que ha pasado en todo este tiempo?
Poca cosa… El mundo ha cambiado. Nuestras costumbres han cambiado. Nuestros miedos han cambiado. Nuestras vidas han cambiado.
Una pandemia es lo que tiene, que te corta un poquillo el cuerpo. Aquello de que “todo es susceptible de empeorar”, esta vez, era real.
Pero, pandemias aparte, mi vida hubiera girado igualmente.
Pues sí… Una vez más me fui de aquí “a las bravas”. Y es que escribir me da vida, pero a veces, publicar lo escrito me la quita.
Los que me conocen saben mi pequeño lema de “escribir para escapar” (bueno, junto a que “dormir es guay”, pero ese ahora no viene al caso…), pero para eso es necesario hacerlo con papel y boli, de manera que no tengamos oportunidad alguna de escapar de lo que verdaderamente pensamos. Es un psicólogo low cost. En cambio, el Word nos permite engañarnos a nosotros mismos con demasiada facilidad, a golpe de clic y sin dejar rastro de nuestras locuras. Vamos, el Instagram de los pensamientos.
Entonces, ¿he escrito en todo este tiempo? Ya te digo, necesariamente. ¿Lo he publicado? Ni de coña, me confinarían otra vez o algo así.
Girando y girando…
A ratos muy rápido y a ratos muy despacito. De nuevo, ha vuelto a pasar de todo: nuevos estudios, nueva mudanza, nuevas experiencias… y un antiguo sueño casi hecho realidad.
Y es que, lo que os contaba en esta entrada, ya es real. Toda una apuesta de vida que, sólo por lo que he vivido hasta ahora, ya ha merecido la pena y que, ojalá, sí que se convierta en mi Nueva Normalidad.
Porque, entre las muchas cosas que tengo que reprocharle al dichoso Covid-19 y a su confinamiento es que me ha robado dos semanas de prácticas docentes y de vivencias en el colegio donde crecí. Sin duda, estar «al otro lado”, aprendiendo a cada minuto, ha sido una de las mejores experiencias de mi vida.

Pero no voy a adelantar mucho más sobre esto ya que, espero, tendremos tiempo de seguir charlando por aquí ?
Una cuenta pendiente.
El motivo por el que estoy hoy aquí es porque tenía una cuenta pendiente con una persona especial, Mi Persona Favorita (¿quién si no?), conmigo misma y con el Blog con el que empezó todo, que tanto me ayudó a dar a conocer esta faceta tan mía de “juntaletras” aficionada y, sobre todo, a presumir de abuela.
No me gusta pensar que esas palabras han caído en el olvido de Internet. Necesitaba tenerlas recogiditas y ordenaditas, a buen recaudo. Porque muchas de ellas hablan de Mi Persona Favorita, de mi Aíta, de cómo la veo y la siento pero, sobre todo, de todo lo que hemos aprendido de ella.

Y, mira, así al menos me sirve de vía de escape. Porque ya son demasiados meses sin verla, aun habiendo tenido la suerte (para mi) de haber sido su última visita pre-confinamiento. Y porque es mucho el miedo que hemos pasado pensando mil cosas durante todo este tiempo (otra cosa no, pero tiempo para pensar hemos tenido tela…).
Esa generación de súper hombres y súper mujeres nos han dado todo, absolutamente todo lo que tenemos hoy. Lo único con lo que les podemos pagar ahora es con atención, compañía y abrazos… Justo lo que no les podemos dar.
Pero no pasa nada, pronto llegará el día en el que digan en las noticias que una treintañera loca con rizos ha espachurrado de un achuchón a su abuela en Cádiz. Pues no os preocupéis, que esa seré yo.
El caso es que después de mucho trastear, por fin lo he hecho. Aquí están todos esos posts antiguos y llenos de cariño, bajo la Categoría de “Blog Mi Persona Favorita 2017-2019”, para quien los quiera recordar, releer o, directamente, cotillear (¡que nos conocemos!).
Pues lo dicho, esperemos que esta “Nueva Normalidad” implique venir más veces por aquí… ?