Escribir para escapar
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Hola, soy Marta!

Treintañera, gaditana, rizos despeinados, una duda andante, inconformista e intensa a tiempo completo.

Tres años ya de esas palabras y, en esencia, sigo siendo así, salvo que…

  • Ahora soy tres años más treintañera que entonces.
  • Y más de Cádiz que nunca. Gaditana… ¡y empadronada!
  • Los rizos que me quedan siguen despeinados, sí.
  • ¿Dudas? Ahora más que nunca.
  • Absolutamente inconformista, aunque casi siempre perdida por el camino.
  • Y siempre, SIEMPRE, intensa. 
Entonces, ¿no ha cambiado nada?

Buah, apenas… De hecho, ha cambiado TODO. Ha cambiado la ciudad. Ha cambiado este mundo pandémico. Y ha cambiado el número y el orden.

Porque, si bien nunca se me ha dado bien pensar sólo en mí, ahora, sencillamente, ya no sé hacerlo. Y cuando lo hago, nunca es en primer lugar.

Aunque a lo mejor quieres saber otras cosas…

Quizás prefieres saber que soy doble licenciada en Derecho y Administración y Dirección de Empresas. O que tengo un Máster en Dirección de Recursos Humanos. O que estoy certificada como Consultora SAP-HR. O que tengo el Máster de Profesorado. O que he sido administrativa, consultora, abogada y profesora.

¡Lástima que casi nada de esto me defina!

Porque no… Un título o un trabajo no es capaz de definirme, ni a mí, ni lo que soy capaz de hacer. Y, mucho menos, lo que me motiva o hasta dónde soy capaz de llegar por dedicarme a algo que me llene.

Sin embargo, he de admitir que todas esas experiencias han sido las que van marcando mi camino. Sólo que, parece ser que en mi caso, sólo funciona por descarte. Siempre he sabido mejor lo que no quiero, que lo que sí.

¿Y qué Marta soy ahora?

La misma Marta que escribió en su momento que “quiere eliminar el bajón de los domingos por la tarde, vivir de algo motivador y útil para los demás…”. Sólo que ahora, además, soy la mamá de una bebé que odia perder el tiempo durmiendo o tomando bibis y que, sin duda, ha venido a cuestionarme más de una creencia.

Y todo eso lo estoy Viviendo más Martamente que nunca.

¡Porque es la única forma en la que sé hacerlo! A base de «prueba-error». Una forma de vida imperfecta y con millones de dudas y cambios de rumbo. De hecho, aún tengo el presentimiento de que el destino aún no está claro… Y lo cierto es que lo espero con mucha expectación.

En definitiva… ¡ha vuelto a pasar!

Aunque la misma en esencia, tengo la sensación de ser otra Marta diferente a la de 2019.

Eso sí, al igual que todas las anteriores, esta Marta también es “capaz de escapar de todo con la ayuda de un papel y un boli” (sólo que ahora con bastante menos tiempo y con bastante más culpa).

MartaMente continúa siendo una experiencia, en pasado, y casi un experimento, en presente…

…sólo que ahora con otra imagen, otros colores y, sobre todo, otras motivaciones.

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